La leyenda del hilo rojo



¿Ustedes qué piensan de esto?
 “Siempre he pensado que hay una serie de personas con las que vamos encontrándonos vida tras vida. Y si miramos atentamente, sabremos reconocerlas. Son esas con las que nos sentimos extrañamente cómodos, con las que podemos ser nosotros mismos en todo nuestro esplendor, a pesar de lo que esto puede significar. Son esas personas a las que no querríamos perder por nada del mundo y con las que, a pesar de que la vida nos lleve por diferentes caminos, siempre nos une un hilo imperceptible e inquebrantable”... -La leyenda del hilo rojo


“Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja. Este empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.  Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.”
Esta cicatriz era la que él mismo le había provocado a la bebé de la campesina al negarse a ver el destino que había pasado por delante de él. Porque nadie puede escaparse del hilo rojo, ni imponerle nuestros caprichos ni nuestra ignorancia. El hilo rojo no se puede romper ni deshilachar, va directo al corazón y conecta a los amores eternos y profundos, aquellos que tienen un antes y un después escrito en la eternidad.

Cada uno puede creer o no en este tipo de leyendas, pero, a veces, en la vida las casualidades son tan grandes que no dejan lugar a dudas: hay almas gemelas que se llaman, personas que tarde o temprano están destinadas a permanecer a tu lado. Para siempre. 

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