Una pregunta que gritaba en silencio mil veces al día. Nunca obtuve respuesta. Poco a poco, la aceptación se fue apoderando de mí.
El tiempo, también hizo su parte. No puedo negar que los nuevos amores me ayudaron a olvidar y a dejar de preguntar siempre lo mismo.
Es impresionante darse cuenta de que, en efecto, todo pasa. El dolor no es para siempre y la verdad, nadie se muere de amor. El tiempo lo cura todo y aunque sea una frase cliché es la verdad.
Me equivocaba. ¿Cuántas veces me he equivocado? Contigo y sin ti. Por ello, he dejado de esperar para comenzar a sorprenderme de lo que termina sucediendo. Ahora, vivo el presente con amor y sin preocuparme del mañana.
Tú me enseñaste eso. El mayor aprendizaje que me dejaste fue no ser como tú. Sé que suena terrible, pero lo que hiciste no fue digno.
Me dejaste sin decir nada, sin compasión, sin humanidad. Has sido un gran maestro para mí y lo único que tengo para darte son las gracias.
¿A dónde fuiste? La verdad, ya no me importa.
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