Hay muchos recuerdos que los guardamos como un verdadero tesoro dentro de nuestro corazón.

Si buscamos en nuestros recuerdos los que han dejado un sabor duradero, si hacemos un balance de las horas que han valido la pena, siempre nos encontramos con aquellas que nos han llenado de alegría y emoción.
Nuestros recuerdos son un tesoro que Dios puso en nuestro corazón para que al seguir nuestro camino podamos escoger lo bueno y lo malo, para mejorar el mismo.
Mira a los tuyos y sonríe, habla con aquellos que son importantes para ti, haz fotos, acaricia un hombro, busca las miradas cómplices y ten siempre presente que todos y cada uno de nosotros somos únicos, seres tan especiales que sólo se fabrican por unidad.
Vive la vida al máximo y no te lamentes por aquello que no tienes, exprime al máximo lo que te ha tocado y seguro que pronto llegará más.
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