Hay días en los que se me desordena la vida, en los que se me derrumba la sonrisa, en los que el corazón se me complica más de lo normal.
Tengo derecho a sentirme quebrantada y dejar por un tiempito el caparazón de fortaleza con el que siempre tengo que rebestirme.
Ya mañana nuevamente mí sonrisa y mí fortaleza me acompañaran, de eso estoy segura.
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