Te ha pasado que quieres hacer algo, pero no tienes ganas de nada... pero sientes como que deberías de estar haciendo algo, y no sabes qué?
De hecho me siento bien. Sólo que no tengo ganas de hacer NADA.
Y entonces... viene la respuesta...
Nada.
Eso es.
Cuando no tienes ganas de hacer nada, a veces sólo tienes que darte el permiso de no hacer nada.
Pero nada es NADA.
Nada es sentarte y estar contigo.
Nada es estar en la habitación donde estás y simplemente estar... ver las cosas pequeñas que normalmente no notas cuando estás para arriba y para abajo.
Nada es dejar de juzgar si estás siendo productivo o exitoso, o buen padre o madre, buen hijo, buen estudiante o lo que sea... es dejar de juzgar si estás haciendo algo con tu vida o no.
Es soltar la necesidad de hacer... y darte permiso para simplemente ser.
Y en ese ser, estar en tu propia energía y compañía, vas a encontrar una paz inmensa.
Que a veces hacer NADA es lo más productivo que puedes hacer... porque de esa nada y esos momentos de meditación suele venir la CLARIDAD.
Sólo tomando un paso hacia atrás, viendo el panorama completo, sentarnos a tomar un respiro y plantearnos qué es lo verdaderamente importante para nosotros podemos sumergirnos de nuevo y saber que vamos en la dirección correcta...
...o en su defecto, corregir y tomar un nuevo rumbo.
Así que eso voy a hacer hoy...
Nada.
0 Comentarios