EL NIDO VACIO.....


Los hijos se van; hay que aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa realidad.
No es que se van; es que la vida se los lleva.
Ya no eres su centro.
Ya no eres la autoridad.
No diriges, aceptas.
No mandas, acompañas.
No proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro nido y tienen otras perspectivas y sus propias prioridades.

Ya les crecieron alas y quieren volar.
Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir.

Quieren crecer...deben crecer! 
Tienen su camino y quieren explorarlo, tienen las alas que les diste, quieren abrirlas y comenzar a volar...

Pero... Tú quedas adentro.
En el cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón.

Tú quedas atrás.
En la estela luminosa que deja el barco al partir.
En el beso que le mandas.
En el pañuelo que los despide.
En tu oración que los cubre.
En tu lágrima que los acompaña.

Entonces tu corazón aunque triste, será siempre como la Luz del faro que a la distancia le ilumina y le muestra que va hacia puerto seguro a pesar de las tormentas, sin miedo y confiado, porque lleva consigo todos esos consejos, esas palabras tuyas dichas con tanto amor. Llevara por siempre en su alma los principios y valores que le inculcaste desde que era un niño.

Y Tú... quedarás por siempre en su corazón.

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