LAS CARICIAS DE DIOS


Es difícil resumir esas alegrías rápidas que tenemos durante la vida. Las alegrías fugaces a las cuales muchas veces no les damos la debida importancia...
A estos momentos los podemos llamar "las caricias de Dios". 
No son fruto del azar. Son caricias que Dios nos regala, aún sabiendo que casi siempre las atribuimos a la suerte.      
Son las caricias de Dios:
El despertar del nuevo día.
El cariño inesperado de un hijo.
El dinero olvidado en un bolsillo. 
El olor a comida al abrir la puerta de casa. 
El sueño que llega cuando lo necesitas. 
Una solución a un problema, que llega de repente. 
Un amigo que te da ánimo cuando estás abatido.
Alguien que elogia a tu hijo. 
Una fiebre que baja. 
Un mostrador sin tanta gente.
Un estacionamiento en la entrada.
Un vuelo tranquilo.
Pájaros cantando al amanecer.
Cuando nace lo que sembramos.
La brisa del mar.
Cuando llega quien esperas.
Cuando pasa el dolor. 
Cuando te dan un beso.
Cuando firman el contrato que esperabas.
Cuando el abrazo aprieta. 
Cuando el amor florece en el otoño/invierno de la vida.
Cuando un amigo se cura.
Cuando la mesa está puesta.
Cuando el pan está calientito.
Cuando llega el depósito.
Cuando contemplas un paisaje.
Cuando recibes la llamada de alguien especial. 
Cuando el libro es bueno. 
Cuando la compañía es buena. 
Cuando un niño te sonríe.
Cuando dicen tu nombre con cariño. 
Cuando el sol te abriga.
Cuando llega la primavera.
Cuando el médico te da buenas noticias.
Cuando se pone el sol. 
Cuando escuchas la música que te deleita.
¡Cuando pensabas que era demasiado tarde, pero descubres que aún estás a tiempo!
Busca las pequeñas alegrías, son innumerables.
Existen todos los días. 
¡Son "las caricias de Dios"! 

Anónimo

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