Mi querido humano

¡Mi querido humano!... veo que estás llorando, porque ha llegado la hora de irme.
¡No llores por favor!.
Quiero explicarte algunas cosas...
Estás triste porque me fui, pero estoy feliz de haberte conocido.
¿Cuántos perros como yo mueren todos los días sin conocer a alguien especial como tú?.
Sé que te entristece mi partida, pero tenía que irme ahora.
Quiero pedirte que no te culpes por nada.
Te escuché sollozar porque deberías haber hecho algo más por mí.
No digas eso, ¡hiciste mucho por mí!...
Sin ti no hubiera sabido nada de la belleza que llevo conmigo hoy.
Debes saber que nosotros, los animales, vivimos el presente intensamente y somos muy sabios: disfrutamos cada pequeña cosa de cada día, y
olvidamos el mal pasado rápidamente.
Nuestras vidas comienzan cuando conocemos el amor, el mismo amor que me diste, ¡mi ángel sin alas y dos piernas!
No llores más, por favor...
¡Estoy feliz!...
Recuerdo el nombre que me diste, la calidez de tu hogar que en este tiempo se ha convertido en el mío.
Llevo en mi corazón cada caricia que me diste.
Todo lo que hiciste fue muy valioso para mí y te agradezco infinitamente, no sé cómo decírtelo, porque no hablo tu idioma, pero, ciertamente en mis ojos puedes ver mi gratitud.
Sólo pediré estos favores...
Lávate la cara y empieza a sonreír.
Recuerda lo bien que vivimos estos momentos juntos, recuerda las payasadas que solían hacerte feliz.
Revive, como yo, todo lo bueno que compartimos en este tiempo.
Y no digas que no adoptarás otro animal, porque has sufrido mucho desde mi partida.
Hay muchos como yo, esperando a alguien como tú.
No te quedes con el amor que tienes para dar, por miedo a sufrir.

Autor
Anónimo..

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