Siempre hay que volar alto,

La vida nos enseña que 
siempre hay que volar alto. 
Más alto que la envidia, 
más que el dolor, 
la maldad, 
más alto que las lágrimas, 
los juicios. 

Siempre hay que volar alto, 
donde algunas palabras 
no puedan ofendernos, 
donde algunos gestos 
no puedan herirnos, 
donde algunas personas 
nunca puedan llegar.

•Alda Merini

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