Yo no he visto tanto a Dios en mis éxitos sino en mis heridas porque es ahí, en la fragilidad, donde una persona tiene la oportunidad de abrirse.
Es muy raro que Dios sane a través de los éxitos, es más habitual que lo haga a través de las heridas, ahí donde el hombre no puede: el hombre frágil es el que atrae el amor y la misericordia de Cristo.
0 Comentarios