Hay amores que nos acompañan para toda la vida, aunque se acaben. Esos que se quedan impresos en la memoria y que sin importar el tiempo que transcurra nunca terminan por borrarse, porque la mente no puede olvidar lo que el corazón recuerda.
Hay amores que marcan momentos y que vuelven a la vida en las situaciones más inesperadas, con total imprudencia, cuando una vieja canción suena de pronto en la radio o el aroma del café te llena los sentidos.
Y así, cuando descubres que eres prisionera de un amor eterno, haces hasta lo imposible por borrarlo.
Buscas nuevos besos, abrazos más fuertes, lugares más bulliciosos y aunque las memorias de lo que un día fue se van muriendo en tu cabeza, tus sentimientos por esa persona se buscan un lugar recóndito en el fondo del corazón.
¿Realmente se puede avanzar aún sabiendo que existe un amor así de fuerte? Creo que sí. A veces los sentimientos no están sujetos a las circunstancias de una separación y la ruptura de una relación no significa la aniquilación de un sentimiento.
Hay ciertos amores que no funcionan y que por eso mismo se vuelven tan significativos, porque a pesar de los esfuerzos, de los ajustes y cambios, terminan escapándose de las manos, como agua entre los dedos.
Se vuelven una tarea sin cumplir, un idilio, un cuento de hadas y se debe aceptar que jamás podrán ser nada más, pero no por eso su recuerdo debe ser una tortura.
Es verdad, es complicado ofrecer de nuevo el corazón cuando un pedacito de él ya tiene dueño y ¿es acaso un engaño a la otra persona, a uno mismo, hacer esto? tratar de ser feliz con alguien nuevo sí es posible aunque una parte de tu corazón esté tomado.
Creo que está bien tener un pedacito reservado en el alma para un amor que significó todo para ti; es irreal e inhumano pensar que una historia que te hizo sentir tantas emociones pueda desaparecer completamente, porque su permanencia es señal de que fue real.
A veces los amores más fuertes no son los que duran para siempre, porque el destino de dos personas depende de muchas otras cosas que sólo el amor. Que no esté, no significa que no importe y lo importante es saber separar el recuerdo del presente.
Quizá no funcionó, pero no quiero olvidarlo, al contrario, quiero siempre recordar que hubo un momento de mi vida en el que fui verdaderamente feliz y que tuve el atrevimiento de amar con todas mis fuerzas.
Estoy preparada para avanzar, no pretendo retomar el pasado, pero mientras ocurre conservaré este sentimiento que es tan valioso para mi, porque lo que una vez amaste con toda tu alma, simplemente no se puede desechar.
Estamos en el mes más romántico del Año, te contaré muchas historias de amor. Cómo está.
Feliz Febrero
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