Porque la vida es como una cámara de fotos.


La Vida es como una Cámara de Fotos. Sólo enfócate en lo que es importante, captura los buenos momentos, saca de lo negativo un aprendizaje revelado, y si las cosas no salen como deseabas, intenta una nueva toma.
Hacer fotos te permite centrarte en aquello que quieres retratar, que normalmente es lo que más te llama la atención de lo que está pasando a tu alrededor. No tiene por qué ser lo más importante para el mundo, pero desde luego es importante para ti. El brillo en los ojos de tu hijo, esos zapatos que acabas de estrenar, un transeúnte que paseando despistado ha pisado un charco o ese libro que tanto te ha marcado. Son cosas que te han hecho sentir bien, con las que has pasado un buen rato, y por eso quieres fotografiarlas. Para capturar los buenos momentos.

El problema puede venir después, al revelar los negativos. A menudo analizas la imagen que has tomado y te das cuenta de que no has conseguido transmitir aquello que querías. Pero no pasa nada. Tienes tantas oportunidades como disparos hay en una hipotética cámara digital con infinitos gigas de memoria. Solo tienes que hacer otra foto.

También la vida es eso: centrarse en lo que realmente importa, disfrutar (que no siempre compartir) los buenos momentos y, cuando algo no sale bien, empezar de nuevo.

Porque la vida es como una cámara de fotos.

PD. Cómo aprender a mirar y qué poco se necesita para ser feliz.

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