Los efectos de esta cambio de vida ya se hacen sentir de diferentes maneras.
Uno de los cambios físicos más notorios es el cabello mas largo de lo acostumbrado, algunos kilos de más, algunas barbas crecidas.
Por otro lado, saturación de rutinas que al principio parecieron interesantes, ya se extraña el aire libre y la naturaleza, una larga caminata, y sobre todo, a los familiares mas cercanos.
Dos largos meses donde hemos aprendido a vivir de otro modo, a mirar al semejante de otra manera, de acercarse diferente, a tolerarse, a entenderse, a apreciar los silencios, comer en familia,...
Todos esperamos volver a nuestras rutinas anteriores, pero eso es solo un deseo.
Ya nada es igual ni lo será en adelante.
Todo ya cambió y eso lo tenemos que asimilar.
Hasta la propia Naturaleza es otra.
No queda sino adaptase al cambio y seguir adelante.
Buen viaje peregrino!!!
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