* Ya no discuto con la gente para salvar mi honor o mi nombre. Eso, es solo parte del ego que me ha llevado a equivocarme y que al final no le ha aportado mucho a mi vida. El que crea que tengo honor que lo crea, y el que no, lo respeto y bendigo su camino.
* Ya no me veo contestando cada insulto que me dan. Simplemente he aprendido que el insulto no es para mí, es para la persona misma que me lo está dando.
* Ya no me veo escuchando cada queja de la gente alrededor.
He aprendido a respetarme y a decidir no ser el basurero emocional de nadie.
* Ya no me veo escuchando a alguien y buscando en mí una historia más trágica, para demostrarle que a mí también me ha pasado lo que a él o a ella. Ahora, solo escucho y limpio memorias. Por algún razón me lo están compartiendo.
* Ya no tomo responsabilidades que no me corresponden, ni explico, el por qué no lo hago.
* Ya no me veo angustiad@ por qué alguien deja de hablarme o alguien ya no me quiere en su vida. Es su vida y es su espacio, por lo tanto respeto la decisión, de todas maneras si ya no me desea cerca, no creo que tenga mucho para aportarme. Al final son elecciones y esta bien.
* Ya no me veo triste, enoja@, frustrad@, deprimid@ o cualquier emoción que baje mi vibración. No por qué no vaya a volver a sentirlas, sino por qué desgasto esas emociones tan rápido como puedo y me enfoco en volver a tomar vuelo para ser quien realmente soy.
* Hoy, ya no veo cómo antes, ni siquiera como ayer, así que día a día soy mi mayor experimento, mi mayor investigación, mi mayor hallazgo.
* Todos los días, me descubro, me callo y miro dentro de mí. No es que menosprecie a los demás, es que estoy muy asombrad@ de mí mism@ y ahí, es donde deseo mi energía para vivir. Para enfocarme en mi Mism@.
* Ya no me veo caminando por la vida sin luz, sin Dios, sin magia, sin amor incondicional.
Ya no me veo pensando que Dios está afuera de mí y que el cosmos es algo lejano que nunca conoceré.
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