El amor no es un sentimiento; si fuera un sentimiento iría, y vendría, como en las grandes obras teatrales


El amor no es un pensamiento; si fuera un pensamiento, tendría un opuesto. El amor es demasiado inmenso como para ser contenido en un pensamiento.

El amor no es una creencia; si fuera una creencia, dudarías de él. Y, ¿quién iba a creerlo?
El amor no es un estado; si fuera un estado, podrías entrar o salir de él. O perderlo.

El amor no es una experiencia; si fuera una experiencia, comenzaría y terminaría, y después anhelarías su regreso.

El amor no es algo que pueda encontrarse; si tuviera que encontrarse también se podría perder. Tendrías que aferrarte a él con toda tu alma. El amor es algo mucho más simple, más amable, menos dramático. Menos urgente, más presente.

El amor es el espacio en donde todo aparece. Cada pensamiento, cada sensación, cada sentimiento ―placentero, doloroso, feliz, incómodo, erótico, suave o intenso― es acogido en el inmenso abrazo del amor.

Sí, tú eres el espacio para todo ello, absolutamente íntimo con cada aliento, amando cada latido del corazón, cada sonido, cada aroma, cada sensación corporal, cada impulso ardiente, cada momento de vida.

Tanto si sientes que estás enamorado como si no, en todo caso amas la felicidad y el hastío de la existencia, las certezas y las dudas, el placer y el dolor, el éxito y el fracaso, la búsqueda y el descanso, cada movimiento sagrado de este sorprendente mundo soñado.

Todo lo que se puede tener también se puede perder. Todo lo que podemos ganar también nos lo pueden arrebatar. Todo lo que podemos construir puede igualmente convertirse en polvo en un instante. Todo lo que puede crearte también puede destruirte.
Tan solo el amor perdura. Tan Solo el amor.

No un sentimiento, no un pensamiento, no una creencia, no un estado, no una experiencia, no algo que «tienes», no algo en lo que estás «dentro» o «fuera», no en algo que «consigas» de los demás ―más allá de todos los mitos románticos que nos han vendido―. Nada de todo eso, sino el infinito abrazo de todo ello.

El amor eres tú. Tú, antes de tener ningún nombre, antes incluso de haber nacido, antes de que el universo adoptase forma alguna.

Tú. Tú eres el Uno. El Uno que siempre has estado buscando. La llamada del corazón imposible de callar. El grito que surge desde lo más profundo de tu ser. El frágil silencio en medio de la noche. No volverás a abandonarte a ti mismo nunca más. ❤️

Publicar un comentario

0 Comentarios